Entre la multitud de motivos por los que la lucha de la mujer sigue en pie y la reivindicamos aún con más fuerza todos los 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, se encuentra la causa por la igualdad entre sexos en el ámbito laboral. Y es que, en pleno siglo XXI, todavía encontramos abismales diferencias en el trabajo y lo referente al mismo, entre hombres y mujeres.
Entre estas brechas, destacan:
- La diferencia salarial, (a pesar de lo recogido en la Legislación Española).
- El difícil, (y, en ocasiones, imposible), acceso de la mujer a puestos de dirección o mayor rango, por motivos ideológicos o, supuestamente económicos, de la parte contratante.
- Las diferencias en las cuantías de las pensiones de jubilación, a consecuencia de una menor cotización por parte de la mujer, respecto a los años o a la jornada, con motivo de la “obligación” de ésta de cumplir con las tareas del hogar o el cuidado de la familia.
- La discriminación a la hora de la contratación, debido a que parte del tejido empresarial prefiere no verse obligado a afrontar posibles bajas por maternidad, etc., al entender que la mujer es la única responsable del cuidado de sus hijos o familiares.
Por ello, es muy importante dar visibilidad a todos estos obstáculos con lo que en muchas ocasiones nos toca lidiar, y seguir luchando por la igualdad también en el ámbito laboral.
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